viernes, 13 de marzo de 2009

EL CEMENTERIO DE QUILLAGÜA



En la Región de Antofagasta existe una sola comunidad indígena aymara y ésta es Quillagüa, la cual está ubicada en la comuna de María Elena de la Provincia de Tocopilla. Es una localidad que está alejada de todo –las ciudades más cercanas son Iquique y Tocopilla, ambas en promedio a 180 kilómetros de distancia- además es conocida como el último asentamiento humano río abajo de la cuenca hidrográfica más larga de Chile: El Loa. Quillagüa está a solo 70 kilómetros de la costa en el lugar más ancho de Chile.




Históricamente fue considerado un punto de intercambio donde los atacameños o lickanantay provenientes de la precordillera de la misma región, junto a los quechuaschangos y camanchacas. Allí el mercado era pescado seco y charqui de llama y alpaca, entre otras cosas como vestimentas y adornos. originarios de los mismos sectores, además de aymaras y otros tantos pueblos originarios, realizaban trueques con los hombres de mar conocidos como


Por otra parte, Quillagüa, también está inmersa en la historia salitrera de Chile. Esta localidad de origen indígena, considerada hasta hace unos 20 años un verdadero oasis y vergel en plena pampa desértica, era el lugar de provisiones de hortalizas y plantas forrajeras. En este mismo contexto, en sus cercanías se levantó un gigante de cemento que –para aquellos tiempos- era una gran central hidroeléctrica que alimentaba de energía a las salitreras aledañas al sector, el imponente tranque Sloman.


Quillagüa es rico en historia, por ello la comunidad en todo su conjunto tomó una importante decisión, salvar uno de los cementerios indígenas que existen en el sector, denominado La Rinconada, lo cual sería un paso inédito para conocer como fue la vida en este oasis y proteger el patrimonio que hoy está expuesto incluso a manos de contrabandistas o coleccionistas de piezas arqueológicas.


Para conseguir este objetivo la comunidad priorizó los recursos que el Programa Orígenes de CONADI pone a disposición de ellos, en este caso 6 millones de pesos. Al respecto, el Coordinador de la Región de Antofagasta del Programa Orígenes, Justo Zuleta, explicó que el objetivo del programa “es apoyar las soluciones a las demandas más importantes de las comunidad y que sean difíciles de concretar a través de otras instituciones. Así, los habitantes de Quillagüa participativamente priorizaron la construcción de la fachada de la iglesia en base al modelo del antiguo templo de la localidad, la construcción de una sede social, la forestación del cementerio actual, el salvataje del cementerio indígena y la construcción de una caseta en el marco del mismo proyecto para proteger dicho sector” .


Este último, precisó el personero, implicará más que el rescate del cementerio, sino el de la cultura y la identidad de un pueblo muy importante en la historia de las comunidades indígenas del norte del país.


Los dineros serán utilizados para la puesta en valor y conservación de los materiales arqueológicos de este sector. Los trabajos están a cargo del Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.


Se debe mencionar que lo más importante para esta comunidad, según lo expresa su presidente, Víctor Palape, es el poder rescatar los restos de sus abuelos “esta iniciativa da solución a los conflictos que nos provocaba el huaqueo (saqueo de sitios arqueológicos). Ahí están nuestros abuelos, que producto de estas acciones están con sus huesitos desparramados, entonces queremos enterrarlos como se merecen. Estamos muy contentos porque van a poder descansar en paz como se lo merecen ellos”.


En este sentido, el Director del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile, Mauricio Uribe, científico a cargo de la iniciativa destacó que “poder hacer este trabajo es devolver el equilibrio espiritual y cósmico de la relación entre el pueblo, la tierra, el agua, el cosmos y los antepasados que marcan la cosmovisión indígena”. Es así que Uribe valoró la decisión tomada por la comunidad y explicó que se realizarán algunos entierros simbólicos esforzándose en que sean similares a los que la tradición ancestral dictaba.


Mauricio Uribe también comentó que con el trabajo que se está realizando, se ha podido confirmar hechos como tales como que “estos territorios fueron ocupados antes de los incas, que Quillagüa era un un punto estratégico entre cordillera, los valles y la costa donde existía mucho movimiento, donde confluían personas que provenían desde Tarapacá y Pica, el Río Loa y San Pedro de Atacama.


Asimismo el Arqueólogo, sentenció que el periodo donde hubo mayor utilización del cementerio fue entre el 900 y el 1200 Después de Cristo (DC), pero que no obstante, fue fundado en el 600 DC por gente de la pampa de Tarapacá y Pica. También destacó que fue un sector muy utilizado, tanto así que uno de los datos que desean conseguir es determinar cuántas personas hubo enterradas en el mencionado cementerio.


Por otra parte, Uribe manifestó que el sector estaba muy deteriorado y que se estima que los saqueos comenzaron a fines del siglo XIX, ya que algunos hechos que dan cuenta de ello son diarios en Alemán de la época.


Siempre en el mismo contexto, describió que como los saqueos que se realizaron no tuvieron la rigurosidad ni el cuidado científico necesario, han significado un fuerte deterioro de las piezas principalmente por el maltrato y las inclemencias climáticas como el sol y el viento.


Por tal razón, hoy las piezas más importantes ya sean restos humanos o artefactos, vestimentas, entre otros, han sido rescatadas, embaladas y almacenadas según se requiere técnicamente para luego hacer las investigaciones necesarias y los ya mencionados re entierros.


Posteriormente habrá que postular a otros financiamientos relacionados con “conservación, investigación, divulgación y difusión. Quilagüa es un tesoro en términos científicos”, manifestó el arqueólogo.


En tanto, el dirigente de la comunidad aymara, Víctor Palape, también manifestó que los arqueólogos harán otra gran contribución que será la información que entregarán, la cual será útil en el desarrollo del turismo, “sabremos fechas, quienes habitaron la zona, como era su vida, entre otras cosas”.